sábado, 9 de junio de 2012


Hola gato. Simple: te escribo para ver si me podes alcanzar el ladrillo que me olvidé el viernes en tu casa. Te mando una carta porque me cortaron internet y desde que pasó lo de la bomba en la zona no quedan cybers. Por suerte está en casa mi hermanita. Le dí la indicación de que te la alcance a vos personalmente. Dos cosas: necesito el ladrillo si o si y si podés adelantarme unos mangos por la venta mejor. Ya se que somos amigos, pero ando corto de guita y yo la caja de cambios esa te la dí hace bastante. Lo del ladrillo es porque lo tengo que pasar rápido, sino me cagan a tiros otra vez. La voy a mandar a mi hermanita a que lo lleve. Es un garrón, ya se. Lo que pasa es que con la pierna como la tengo no puedo ni moverme del sillón. La bala entró y salió pero creo que tengo algunas esquirlas. Que boludo. Si hubiese llegado un toque más tarde ni me hubiesen pescado. Por suerte pasó. Ahora hay que estar guardado. Los dos. Vos no seas boludo, ni te aparezcas por la calle. Recibí a mi hermana, dale el ladrillo y encerrate otra vez. Hasta que se limpie un poco el aire. Después salimos. Ahora, lo linda que estaba esa Chevy, por dió. Nos parábamos unos meses con esa. Hay que ver qué hacemos con el que batió la data. Un gil ese. Cuando calme todo organizamos. Che ¿vos cómo estás? contento con el partidazo de Tigre ¿no? Bueno, nos estamos viendo. Ya sabés: abrile a mi hermana, dale el ladrillo y guardate. La plata ya fue. Después vemos. Cuidate. Un abrazo viejo. Ah y rompé esto a ver si salta algo. Chau.

                                                                                                     Lucho.

No hay comentarios:

Publicar un comentario