domingo, 26 de febrero de 2012

La madre, como el Estado,
es un espacio en disputa.
Ahí se desangran los hermanos
y el padre
por conseguir un abrazo
un desayuno liviano en la mañana,
una absolución
a los pecados diarios.

El Estado también se mete y disputa
la mira de reojo
la imagina fuerte (y no yerra).
En el fondo el también quisiera
ser arropado y las sábanas
limpias, con
olor a canto, siesta.

Yo

todavía no sé, si tiene razón
mi madre
o el Estado,
monstruo de hielos y fuerza.

Relativismo. Hegel nos pudrió.

Que halla muchas verdades
no significa más que, al fin y al cabo,
lo que faltan son verdades.
Como si fueran al último año del secundario
se la pasan faltando
o llegando tarde.
Prefieren el acido y el vino
en la esquina
o el metegol
a tener que cubrirte la espalda, y está bien,
¿a quién le ganaste loco?.
Allá las ves, te llaman
con el guardapolvo
tirado
hecho un bollito
te invitan un partido
por la ficha,
de metegol; y vos y  yo, los dos sabemos
no se deshecha nunca, ni en pedo,
una invitación
de ese calibre.

Industriosidad

Hay que aclararse los ojos
con agua corriente
frente al espejo pero
mejor,
mejor por la tarde,
a la hora que el sol reemprende
de grafa gastada
el camino a su casa
buscando monedas
en bolsas de viento
y piensa,
paciente,
que llegue su bondi.

ya está oscuro,

dificil la zona

para hacer dedo.

Acomodar la garganta
de tarde y jurarse
escribir
canciones
como si fueran novelas;
cantarlas piano piano,
que tejan los diálogos
posibles escuchas
y surjan en sombras
personajes barbados, mujeres valientes,
perros
afluentes de ríos,
escenas que queden y quede
la huella en la nieve.

Pintar crudos lienzos
como se hace una música
oyendo
a los gatos
jugar
bajo sabanas y cortinas
o el sonido del aire
rozando
las copas de vino,
o
el ruido golpeado de un cuerpo
entrando en el otro,
previo permiso.

Escribir poesía como se espera
inclinado y febril un pase gol
(si se juega de 9).

Culminar novelas
del mismo modo que empezamos canciones.

intentando
atravesarnos
lo poco que queda del alma,
su pedacito tenue
y
sobreviviente
hastiarlo de guiños
regar y rezar su raiz
con propio semen y ver
si en una de esas
el almabaldío
otra vez
pedacito tenue
nos excede
crece.

Febrero 2012