cuelga apenas del ramaje
y altera al caer el paisaje
lo vemos todos, no miento.
Cualquier mínimo evento
cambia presente y futuro
lo mismo el peón, de laburo,
rota si intuye la suerte,
llamando con grito fuerte
del otro lado del muro.
No es estático este río
que hartados nombramos vida;
ida y vuelta, vuelta e ida,
juego de dados, sombrío;
cambia con solo un crío
distinto de los que había
todo está abierto, no hay vía
ni riel que nos fundamente,
va paso a paso la muerte
arrinconando los días.
El canto en esto navega
se nutre, niño revuelto,
escucha el llamado lento
la voz de un sueño que llega.
La mano al tiempo doblega
se rehace toda la historia
milonga, como una noria,
que encuentra vida y paisaje;
no es tradición, es coraje,
de reescribir la memoria.
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