jueves, 5 de enero de 2012
Crónica del ocaso
Elegir como contar es en este libro elegir una manera de transcurrir un periodo de la vida. Acaso siempre sea elegir una manera de transcurrir. Hasta ahí no llega el bisturí de la crítica. Ahí está el misterio y también el impulso y el deber de intentar acercamientos, hipótesis, lecturas. El caso es que Isidoro Vidal, personaje de la novela, vive su ocaso impregnado en melancolía, impotencia y resignación. Es una posibilidad. Hay otras maneras (intuyo) de contar y vivir la vejez. Por caso, la vejez de Bioy, vejez al palo, pareciera opuesta a la manera de Vidal. Aunque bien pueden escribirse mil cuentos, grabar mil discos, dirigir finales de Copas del Mundo, etc. y transitar interiormente recargado de melancolía, extrañando ayeres, doblándose poco a poco y resignando el espíritu a un ocaso que parece inapelable. Nuevamente, es la zona donde solo podemos acercar posibilidades, hasta ahí, no hay barco de lo exacto que llegue.
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